La leyenda del conejo de Pascua 14 April 2017

¿Cuántas veces has escuchado hablar de un conejo por Semana Santa? ¿De unos huevos de chocolate escondidos? ¿O de la típica búsqueda de los huevos?

Como estamos en plena Semana Santa hemos creído conveniente explicar la historia del conejo de Pascua. Aunque en España no se conozca mucho la tradición del conejo de Pascua seguro que os encantará su historia.

El origen del conejo de Pascua empezó en las fiestas anglosajonas pre-cristianas. En ese momento se creía que el conejo simbolizaba la fertilidad y este estaba asociado con la diosa Easter. Durante el mes de abril se le dedicaba a esta diosa las fiestas de primavera. Esto era muy típico en los pueblos del norte de Europa.

Con los años la figura del conejito se fue incluyendo y adaptando a la Semana Santa y, a partir del s. XIX se empezaron a hacer los muñecos de chocolate y azúcar en Alemania. Así que en ese momento el conejo empezó a llamarse: el conejo de Pascua.

Gracias a esta leyenda el conejo de Pascua se ha hecho cada vez más famoso.

¿Cuál es la leyenda del Conejo de Pascua?

La curiosa leyenda de Pascua cuenta que el en momento que pusieron a Jesús en el sepulcro, dentro de la cueva había escondido un asustado conejo. El conejo veía la gente que entraba y lloraba con tristeza la muerte de Jesús.

El conejo siguió allí mirando el cuerpo sin vida de Jesús mientras ponían la roca que cerraba la entrada del sepulcro. El conejo lo miraba preguntándose quién era ese Señor que todo el mundo venía a ver. El conejito siguió mirándolo durante horas y horas, hasta que de pronto vio algo extraordinario: Jesús se levantó y dobló tranquilamente las sábanas blancas que lo habían envuelto. Al mismo tiempo que un ángel aparto la piedra que obstaculizaba la entrada y vio como Jesús salía de la cueva como si nada.

Entonces el conejo entendió que Jesús solo podía ser Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar a todas las personas, que estaban tristes y lloraban su muerte, de que Jesús estaba vivo. Sin embargo, los conejos no hablan así que era más difícil poder comunicar a las personas la gran noticia. Entonces decidió llevarles un huevo pintado con el mensaje que querían dar y así todas las personas lo entenderían. Y así lo hizo.

Desde ese momento, la leyenda cuenta que cada Domingo de Pascua el conejo de Pascua deja huevos de colores por todas las viviendas para recordarle al mundo que hace muchos años Jesús resucitó. Además sale para decir a todas las personas que debemos vivir felices.

Por ello, inventó el juego de esconder los huevos de Pascua en todas las casas para que los niños salgan y se diviertan buscándolos por todos lados. Actualmente estos huevos son de chocolate. Esta tradición se celebra cada año y el lugar más famoso es Washington, EEUU.

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