Plantillas Coimbra

Enseñar a atarse los zapatos a un niño puede resultar una tarea dificultosa e incluso, en ocasiones, frustrante. Atarse los cordones puede resultar un hito para un infante. Muchas veces cuando un niño lo está aprendiendo les resulta difícil y no lo consiguen fácilmente. Aprenderlo requiere paciencia y perseverancia, pero cuando lo consigan lograran sentirse orgullosos y grandes.

A continuación os damos unas cuantas pautas de como enseñárselo a tu hijo:

• Se debe esperar al momento indicado. No todos, en la misma edad, tienen la misma facilidad o dificultad para atarse los cordones. La mayoría adquieren esta destreza entre los 4 y 6 años.
• Antes de nada, asegúrate de que el niño sepa distinguir entre la derecha y la izquierda. Esto facilitará el aprendizaje.
• Elige un método de enseñanza y muéstraselo. Es aconsejable que le ayuda un adulto o un hermano/a mayor.
• Haz que aprender a atarse los cordones sea un juego. Inventa un canción, un poema o una rima que provoque una diversión en el niño.
• Cuando le enseñes ponte a su lado, nunca al frente, para que el infante pueda copiar tus movimientos.
• En el caso de que tu hijo sea zurdo y vosotros no, intenta encontrar otra persona adulta que también lo sea para que le enseñe. En el caso que no sea posible, deberás aprender a hacerlo con la otra mano.

Un truco, muy conocido para enseñar a tu hijo, es el método de las orejitas de conejo. Para utilizar este método deberás seguir estos pasos:

1. Dile al infante que tiene que hacer magia y transformar los cordones en unas orejitas de conejo.
2. El primer paso es hacer un nudo para la cabecita del conejito. Coger los cordones y cruzarlos para formar la letra X. Luego pasar una orejita (un cordón) per debajo la X y tirar fuerte para formar el nudo.
3. Llegados hasta aquí, debemos hacerle las orejitas al conejito. Formar dos orejas con los cordones.
4. Para que no se caigan las orejitas, debemos ajustarlas. Haz otra X con las orejas.

Prueba estos consejos, esto puede agilitar el aprendizaje del niño; pero no olvidar dedicarle mucho amor y paciencia al infante.